Microrrelato seleccionado por el jurado para su publicación en la Antología "Historias de Otoño e Invierno" de la editorial Letras con Arte.
Contemplaba el ligero
verdor que, aún, se podía percibir en el entorno; pues, casi todo, se había
desvanecido tras el estío desparramándose en matices dorados, rojizos y ocres
desdibujados como hebras nervudas que se iban secando, poco a poco, al igual
que la existencia misma. Y observó como la piel verdosa quedaba desnuda,
frágil; esperando que el rocío de la mañana avivara, otra vez, aquel color
flojo e inerte. Un rocío de un otoño que se hacía ver en las enredaderas atrapadas
por los muros.
Y notaba que ese otoño había
llegado sin pereza, arrugando y marchitando las formas naturales sin compasión
alguna; para que la belleza, esa misma que había conquistado aquellos
ennegrecidos muros, se evaporara como la misma vida. La que, también, se
escapaba en silencio y sin decir, siquiera, nada.
Seguía mirando, casi
sin pestañear; como el que quiere encontrar algo, puede que la esperanza. Y vio
cómo caía, perdida y sola; esperando que el invierno la avejentara ya por
completo, sin mirarla y sin tenerla en cuenta. Aguardando que la revolviera con
su gélido viento, con el arropo de su constante frío para no volver tras los
suspiros; aquellos con los que las ramas la dejaban olvidada y triste. Como la
vida, pensó él; la de pocos o, quizás, la de muchos…; la que se borraba tras
sus historias sin dejar, siquiera, huella.
Y vio otra hoja caer de
nuevo; una más en la maraña. ¡Qué importaba! Ya nada. Porque el otoño se despediría
con su oscilante adiós dando paso a un invierno deslucido y gris, sin matices
ni radiantes colores; prolongando el vacío que dejarían las hojas, las que
saturaban el parque y morían en la plazuela…
Porque el parque
enmudecería desierto; perdiéndose entre sus árboles las vocecillas de los niños
que jugaban al escondite. Y las vecinas ya no se juntarían para sus charlas en
la plazuela. Porque ella, también, se adormecería con tan solo el murmullo de
su fuente; subsistiría sombría bajo las estrellas.