miércoles, 24 de octubre de 2018

Duele mirar atrás...


La luz de la luna se adentra por la claraboya. Parece distraerse entre la penumbra de la estancia donde me encuentro como invitada por cortesía de la vida; formando parte de sus recuerdos, aquellos que conservo en media vida ya vivida; pues mi memoria se va desvaneciendo como la arcilla bajo la lluvia.
¡Sacadme de aquí y llevadme a soñar!
El pasado me sorprende tocando con su flecha dorada, que me atraviesa y deja huecos sin reparar…
Cuando de niña jugaba con mi lechera de zinc por el camino de tierra; tan feliz por ver de nuevo las vacas de la señora Carmela, con sus manchas oscuras y sus toscos cencerros imitando collares.
Cuando saltaba sobre las piedras y olía el campo con sus amapolas rojas sin ninguna prisa.
Solo viendo el tiempo pasar entre las espigas…

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